tu arrogancia tan excitante.
Es que no haces nada y ya me tienes rendida,
me aceleras y no te aterras.

Con cualquier palabra dulce caigo rendida
nunca espera mi caída, solo mi partida.
Y tú con cualquiera pierdes la cordura,
pero nunca deja su arrogancia en casa.
Me incita tu indiferencia,
todo tú, tan atractivo, sin tener una gota de galán.
Se dedica a jugar con mi cabeza,
y yo nunca entiendo que tiene en la cabeza.
Yo con tantas dudas,
me alejo temerosa como un animal.
Y tú con tu seguridad, me matas con esa mirada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario