Intentando descifrar quién eres,
observando tus ojos a través de una pantalla,
de fondo la ciudad y las habitaciones se acumulan.
No logro descubrir quién eres.
Una foto muestra una sonrisa,
en la otra solo veo incertidumbre.
Me paso noches, perdida en los rostros,
quién será, para qué me pregunto eso,
realmente importa saber quién es.
Solo necesito saciar los deseos de esa noche,
bueno de todas las noches.
Todos tienen tu rostro, todos tienen tu mirada,
claro, eres tan genérico.
Me perdí en ti, me perdí en ellos.
No espero que me reciban con un beso,
ni con flores en una esquina.
Sé que es un intercambio.
Alguien tiene que ganar algo, supongo que ellos.
La pregunta que me tortura a diario,
¿cuántos caminos dedo recorrer para cambiar el destino?
El maldito reloj no para, pasan y pasan las horas.
No te encontré en esas pantallas.
No te encontraré de seguro en esos lugares.
Se me terminaron los portavasos, que importa dejar
una mancha en la mesa.
Que importa terminar con la vida, con las noches.
Realmente no me importan otros rostros.
Las noches seguirán pasando, tu rostro,
no pasara de nuevo por esta esquina.
Nuestra esquina.
