jueves, 19 de septiembre de 2013

Sin piedad

El frío envolvió tu corazón, esa noche
tus labios exclamarón ¡Adios!
Mi corazón lloro por un momento,
desde mi vientre un suspiro se sintió.

He empezado a caminar sola
ahora se cuál es el rumbo que tengo que tomar,
y las calles son tan duras de recorrer,
aquellas promesas son un infierno constante.

Sigo y sigo,
todos piensan que me he quedado sola,
pero un pequeño me acompaña en esta odisea.

Todas las noches intenta abrazarme el alma,
me da un empujon cuando he pensado en determe.
Me recuerda que es producto del amor,
que él mismo es el amor.

Un pequeño dentro de mí,
me ha hablado del perdón,
de como vivir sin rencor.

Ansio el momento en el que tome de mi mano,
y sigamos, sigamos, pero juntos
nadie nos detendra.

Mis pasos se iran haciendo más lentos
y sus pasos seran cada vez mas grandes y fuertes.

Muchas veces nos detenemos para suspirar,
por el ayer que creo nuestro hoy.


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