¡Pum! ¡Pum!
En mi vientre habita mi consciencia
me habla con insistencia.
Hay que descifrar sus señales,
nunca adivino con certeza,
pero poco a poco entiendo.
Me admiro de su inocencia,
de su gran paciencia,
Siento impotencia cuando no logró eliminar la tristeza.
¡Pum! ¡Pum!
No hay día que no me diga: te quiero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario