sábado, 24 de agosto de 2013

La culpa es del deseo...

Y cómo saber reconocer el bien y el mal,
en medio del acto sexual
si te tengo atado a lo que habita en el medio de mis piernas,
si me asofoca tu sexo.

Si, poseerte sin autorización
ha sido todo un placer,
si, jugar al gato y al ratón
tambien es diversion.

Si no observo el llanto de los demás
no creo que lo que haga este mal.
No hemos engañado a nadie
si lo hemos disfrutado tanto.

Pero si sólo habitan sonrisas en la habitación,
si eres un narciso y olvidas el rostro de los demás,
si te gusta ver tu piel sobre la mia,
si las sabanas no ocultan ese deseo.

Pueden pasar los dias,
pero por qué no perdemos el deseo,
si todo nos parece aburrido
hasta que nuestros cuerpos se llaman.

Pero por qué la rutina no consume
el querer saber a que sabes hoy 
como le llamo al quererte poseer todos los días de mi vida.

Para que quiero escuchar un para siempre,
si mi entrepierna y la tuya tienen un pacto infernal.
Si el diablo ya compro nuestros culpas.


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