No es lo que suelo buscar
es lo que intento evitar,
no es mi tipo pero es él.
Él, al que no puedo encasillar
a él no lo puedo juzgar,
no puedo predecir sus movimientos,
su mirada es un laberinto en el cual
me puedo perder eternamente.
Las noches, los días pasa
y él esta latente en mí.
Sin poner una mano sobre mí
ya me he entregado sin compasión.
Él que con su mirada me derrite
con su inocencia me conquista
con su perversidad me seduce
él con todo me hace caer a sus pies
En qué momento me entregué
me sigo preguntando ¿cómo diablos me conquistó?
Él, es mi pequeño perverso
y él me ha robado el corazón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario