lunes, 29 de septiembre de 2014

La misma mierda...

La lluvia cae,
en los tejados caminan los gatos,
la música suena, los niños ríen en la calle.
El perro aúlla y como hace bulla.

De lejos se escucha una iglesia en pleno sermón,
a lo lejos una canción y carcajadas.

El claxon de los carros,
los ayudantes anunciando las paradas,
la vecinas poniéndose al día.

Por un momento todo se paraliza,
¡Pa!, ¡Pa! ¡Pa!, ¡Pa!
Con tanta precisión sonó esa mierda.

Ya no ríen los niños,
las vecinas buscan con la mirada a sus hijos y maridos.

Y ya no escucho como caen las gotas de lluvia en el tejado,
las sirenas invaden mi pensamiento,
las sirenas callan al chucho.

Los carros se detienen,
los carros se mueven,
¡Den permiso que uno ya se murió
y el otro agonizando esta!

Y esta es la misma mierda
que mañana sucederá,
tal vez acá o allá.

Pasaron diez minutos,
vuelve el ruido de fondo.

Vuelve la mierda
vuelve la indiferencia.





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